domingo, 13 de septiembre de 2015

Rumbo a los 25 años

La Iglesia Alianza Cristiana y Misionera cumple 90 años en el Perú y 23 años de presencia en Juanjuí. Nosotros somos parte de esta gran familia que en tan solo dos años más cumpliremos un cuarto de siglo.

Muchos años pasaron desde que los primeros hermanos decidieron formar una congregación afiliándose a la ACYM del Perú.  Mucho trabajo, amor y esfuerzo unido han hecho que la congregación persevere, se fortalezca y crezca más allá del distrito, contando con una obra misionera en la ciudad de Picota y anexos en Saposoa, Sacanche, Gerbacio y Huinguillo.

Desde el año 1993 fueron varios los pastores que presidieron la congregación.  El primero fue el Ps. Idelfonso Pingo quien pastoreó por 4 años. Luego le siguieron Julio Rivera, el Ps. Gadit Alarcón, el Ps. Javier Ibañez y su pastor asistente Gerson Tantanta. Desde el 2005 contamos con el Ps. Alexander Sifuentes y en los últimos meses también con el Ps. Carlos Fasanando.

Hubo periodos en los que la congregación no contaba con un pastor a tiempo completo, y algunos hermanos asumieron la dirección de la iglesia, ya sea como miembros de los equipos administrativos o como encargados de la obra. Gracias a cada uno de ellos.

“Uno es el que planta, otro el que riega, pero es Dios quien da el crecimiento”. Y faltaría memoria para mencionar cada acción y cada hermano que ha sembrado y cuidado la “huerta del Señor” de muchas maneras: predicando, testificando, orando, ofrendando, enseñando, visitando, trabajando, limpiando, participando en las actividades, cocinando, hospedando, sirviendo de diversas maneras con sus dones, capacidades y posesiones. Dios los usó y los seguirá usando para ser de gran bendición. Cuando Jesucristo regrese recibirán su recompensa.   

Dios da el crecimiento al pueblo que cree en él y trabaja para él. Dios engrandece su obra entre aquellos que le obedecen, oran y dan con amor. La gloria siempre será para Dios, pero nuestra satisfacción y “gloria” siempre será ser usados por él. ¡Sigamos creyendo y trabajando! ¡Hay mucho por hacer!

La Alianza Cristiana y Misionera de Juanjuí seguirá creciendo por la fe y el trabajo de sus miembros que aman la obra del Señor. Siempre en unidad, sujeción y perseverancia. No mirando a los hombres sino a Jesucristo, cabeza de la Iglesia. Tenemos grandes desafíos y proyectos que él nos ha dado para seguir avanzando en el cumplimento de la gran comisión. En los próximos años se añadirán más hermanos, se levantarán nuevos líderes, surgirán nuevos pastores y se establecerán nuevas obras. ¡Gloria a Dios!

Y porque creemos esto, a partir de este mes meditaremos cada domingo en el libro de Nehemías, quien como hábil constructor de su pueblo nos ha dejado muchas enseñanzas y principios espirituales para aplicarlos en la construcción de nuestras vidas, nuestras familias, nuestra iglesia y por qué no, de nuestra ciudad.


¡Sigamos construyendo una vida y una iglesia que honra a Dios!


jueves, 30 de abril de 2015

La misión de Jesús

La misión de Jesús consistía en anunciar las buenas nuevas, mostrar el amor de Dios haciendo obras de bien y dar su vida en la cruz por nosotros. Por eso Jesús enseñó, ayudó, sanó y predicó el evangelio diciendo: “Arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado”. Sin embargo fue rechazado por la mayoría, lo mataron, pero como estaba previsto en las Escrituras, resucitó al tercer día, ascendió a los cielos y envió al Espíritu Santo para continuar su labor. Así que, aunque Jesús no está físicamente en la tierra,   él continúa presente por medio de su Espíritu.

La Biblia dice que la iglesia es el cuerpo de Cristo y los creyentes son el templo del Espíritu Santo, Así que Jesús sigue cumpliendo su misión a través de su iglesia. La Iglesia no es un edificio ni una institución o una denominación en particular; la Iglesia son hombres y mujeres que confiesan a Jesús como su Señor y Salvador, siguen su ejemplo, obedecen sus mandamientos y han sido bautizados en su Espíritu. Para los miembros de la Iglesia es este mandato: “Id y haced discípulos… he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.

Jesús ya dio su vida en sacrificio por los pecados, pero todavía es necesario anunciar las buenas nuevas y mostrar el amor de Dios haciendo el bien. Jesús dijo de sí mismo: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres, sanar a los quebrantados de corazón,  pregonar libertad a los cautivos, vista a los ciegos, a predicar el año agradable del Señor”. Hoy, sus discípulos somos los pies y las manos de Jesús, sus ojos, oídos y voz, ¡somos su cuerpo! y en su nombre, debemos seguir predicando el evangelio, llamando al arrepentimiento, enseñando, consolando, restaurando los corazones, liberando y sanando, todo en su nombre porque  él está vivo y sigue siendo el mismo. ¡Él está en nosotros!

La misión de Jesús es ahora nuestra misión. Los creyentes debemos trabajar juntos, con fe, esperanza y amor.


Ps. A. Sifuentes.